El jacuzzi es increíble y la decoración del lugar es pura tranquilidad. Me encantó el cerdo amigable que le da un toque especial.

me sentí como en casa, no me puedo quejar

excelente punto de partida para explorar manzanares el real

Disfruté de una estancia maravillosa donde la tranquilidad del lugar me permitió descansar y su proximidad a lugares como la Cueva del Ave María, a menos de 2 kilómetros, y la hermosa Ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra, a solo 1.4 kilómetros, hicieron mis caminatas aún más especiales. la anfitriona fue muy amable y atenta en todo momento, agregando un toque personal a mi experiencia.

La casa es muy chula y el jacuzzi fenomenal.

La habitación era muy cómoda y contaba con baño privado, lo cual fue genial para mi privacidad. Además, las vistas desde el balcón eran espectaculares y me hicieron disfrutar aún más de mi estancia. La atención de Ana fue simplemente maravillosa, siempre preocupándose por el bienestar de los huéspedes. El desayuno también era delicioso y muy bien presentado.

El acceso al alojamiento implica pasar por la casa de los propietarios, lo que puede resultar incómodo.

Casa hermosa y tranquila. El wifi era gratuito, pero el aire acondicionado no funcionó bien.

Recomendado para parejas que buscan tranquilidad

La casa es espectacular, no le falta detalle. La cama balinesa en el patio fue un acierto, perfecto para relajarse bajo el sol. Además, las vistas son impresionantes, especialmente al amanecer. Estar ahí me hizo olvidar todo lo demás por un rato.

No fue barato, pero vale la pena.

La habitación es amplia y cuenta con un hermoso balcón con vistas a las montañas. La piscina al aire libre es perfecta para relajarse en un día soleado. Además, la atención recibida fue excepcional, lo que hizo que la estancia fuera aún más placentera.

Acceso poco convencional.

Estuve en Lantica Roccia y disfruté muchísimo. La atención de Ana y su hijo fue excepcional. La habitación enorme y el jacuzzi funcionó perfectamente. Aunque el acceso requiere cruzar la casa de los propietarios, la limpieza y el encanto del lugar lo compensan todo. Sin duda, ¡repetiré!

Las habitaciones son amplias y tienen su propio baño privado, lo que proporciona cierta intimidad y comodidad. Al estar situado en una zona tranquila, se puede disfrutar de un ambiente relajante, perfecto para escapar del bullicio de la ciudad.

El acceso al alojamiento resulta poco convencional, ya que debes atravesar la casa de los propietarios, algo que debería mencionarse durante el proceso de reserva. Además, la cama no era tan cómoda como esperaría de un lugar de este tipo y encontré algunos pelos de animal en las sábanas, lo que podría ser un inconveniente para otros. También, no hay servicio de cobertura celular en el área, lo que puede ser un problema si necesitas estar conectado.

La habitación es muy bonita y cómoda, con una decoración que evoca la tranquilidad de una cueva. El baño fue increíble, con una ducha de hidromasaje que fue un auténtico lujo. Ana, la anfitriona, fue encantadora y muy atenta, siempre dispuesta a ayudar. Sin embargo, el aire acondicionado no se podía regular, lo que me dejó un poco de dolor de garganta. A pesar de esto, la experiencia fue maravillosa. Las vistas desde la casa era de ensueño, lo que complementó perfectamente las horas de relax en el jacuzzi. me sorprendió lo bien aislado que estaba el lugar del frío exterior. Debo mencionar que dentro de la casa hay gatos y un cerdo muy amigable, lo que añade un toque especial. La proximidad a las rutas de la Pedriza es ideal para los amantes de la naturaleza, lo que me motivó a salir y explorar. Sin duda, un lugar para recargar pilas, aunque sería perfecto si se pudiera ajustar la temperatura del aire acondicionado.